El COI expulsó el pasado día 23 de febrero de la Villa olímpica al ganador de la medalla de bronce de snowboard. La razón esgrimida por tan insigne comité fue el comportamiento obsceno del medallista durante la celebración del hecho.
Consideran contrario al espíritu olímpico colocarse una medalla en la cintura y dejar a una chica chuparla y lamerla con fruición. El día de autos el chaval decidió salir con sus amigos y en un bar de Vancouver y tras beber unas cuantas cervezas – o no, el hecho no ha trascendido – montó el numerito. Alguien fotografió la performance y la publicó en Internet. Vosotros mismos podéis verlas, son un auténtico escándalo.
Más de uno habrá pensado: “Pero si esto es una broma. El chaval es joven, casi un adolescente, se puede perdonar”. Si, claro. Pero se empieza por aquí y se acaba en Sodoma y Gomorra. Porque una intachable trayectoria jalonada de heroicas acciones en pos del respeto a los seres humanos no puede verse manchada por la acción de un inconsciente o, Dios no lo quiera, un pervertido con la testoesterona por las nubes. No es lo mismo dejar que Hitler organice unos Juegos Olímpicos que andar por ahí enseñando los abdominales. Donde va a parar, esto último es mucho peor.
Además: La mujer de César no sólo debe ser honrada, debe además aparentarlo. Bueno, en este caso debe aparentarlo sin más. Porque uno en su condición de voluntario olímpico en Barcelona 92 tuvo oportunidad de pasearse por la Vila Olímpica y ver cómo no era precisamente el puritanismo lo que definía el comportamiento de los atletas.
Y si el comportamiento de los atletas era, por emplear una palabra, más bien relajado, el de los directivos y representantes del COI podría muy bien calificarse de libertino. Una operación policial expulsó a las prostitutas de las calles de Barcelona durante el evento, pero los moublés y prostíbulos de la Ciudad Condal estaban a rebosar.
Quizá en Vancouver la cosa haya sido diferente, pero lo dudo. Sería una buena cosa apostar uno o varios fotógrafos delante de las mejores casas de prostitución de la ciudad, a ver que tipo de “buitre” cazaban. Quizá le sacaran colores a más de uno de los que ha tomado la decisión de empapelar a este “pajarito”. Expulsar al buitre ya es otro cantar, no creo que expulsen a nadie del COI por se putero. Medida prudente donde las haya, no fuera a pasar que se quedaran sin miembros.