viernes, 26 de febrero de 2010

Medalla amarga

El COI expulsó el pasado día 23 de febrero de la Villa olímpica al ganador de la medalla de bronce de snowboard. La razón esgrimida por tan insigne comité fue el comportamiento obsceno del medallista durante la celebración del hecho.

Consideran contrario al espíritu olímpico colocarse una medalla en la cintura y dejar a una chica chuparla y lamerla con fruición. El día de autos el chaval decidió salir con sus amigos y en un bar de Vancouver y tras beber unas cuantas cervezas – o no, el hecho no ha trascendido – montó el numerito. Alguien fotografió la performance y la publicó en Internet. Vosotros mismos podéis verlas, son un auténtico escándalo.

Más de uno habrá pensado: “Pero si esto es una broma. El chaval es joven, casi un adolescente, se puede perdonar”. Si, claro. Pero se empieza por aquí y se acaba en Sodoma y Gomorra. Porque una intachable trayectoria jalonada de heroicas acciones en pos del respeto a los seres humanos no puede verse manchada por la acción de un inconsciente o, Dios no lo quiera, un pervertido con la testoesterona por las nubes. No es lo mismo dejar que Hitler organice unos Juegos Olímpicos que andar por ahí enseñando los abdominales. Donde va a parar, esto último es mucho peor.

Además: La mujer de César no sólo debe ser honrada, debe además aparentarlo. Bueno, en este caso debe aparentarlo sin más. Porque uno en su condición de voluntario olímpico en Barcelona 92 tuvo oportunidad de pasearse por la Vila Olímpica y ver cómo no era precisamente el puritanismo lo que definía el comportamiento de los atletas.

Y si el comportamiento de los atletas era, por emplear una palabra, más bien relajado, el de los directivos y representantes del COI podría muy bien calificarse de libertino. Una operación policial expulsó a las prostitutas de las calles de Barcelona durante el evento, pero los moublés y prostíbulos de la Ciudad Condal estaban a rebosar.

Quizá en Vancouver la cosa haya sido diferente, pero lo dudo. Sería una buena cosa apostar uno o varios fotógrafos delante de las mejores casas de prostitución de la ciudad, a ver que tipo de “buitre” cazaban. Quizá le sacaran colores a más de uno de los que ha tomado la decisión de empapelar a este “pajarito”. Expulsar al buitre ya es otro cantar, no creo que expulsen a nadie del COI por se putero. Medida prudente donde las haya, no fuera a pasar que se quedaran sin miembros.

lunes, 22 de febrero de 2010

La bisexualidad

Este sábado “La Noche temática” emitió un documental sobre este tema de nombre:
“El arte de la bisexualidad”. Recomiendo su visionado, cuando lo repitan porque no está disponible en la web de TVE. En él se destacaba cómo todavía se sigue considerando un tema tabú. Los heterosexuales los rechazan por tener relaciones con personas del mismo sexo y los homosexuales porque no toman partido por uno de los supuestos dos bandos.
Hemos pasado de una sexualidad orientada a la reproducción a una orientada a la pareja. Tan orientada a la pareja que ni siquiera nos deja pensar más allá de la sexualidad dual. O estás en un bando o estás en el otro. Ambos están bien pero hay que elegir. Bueno, uno de los dos bandos está mejor, concretamente el heterosexual, o eso opina la mayor parte de la sociedad. Pero lo inadmisible es no tomar partido.
Esta división es artificial, así como no existen (o hay poquísimos) hombres absolutos o mujeres absolutas, la mayoría de las personas tienen ambas orientaciones a la vez. Con preferencias, claro, como todo en la vida. Sin embargo tenemos una educación aún muy orientada hacia la heterosexualidad, más o menos permisiva con la orientación homo pero que obliga a escoger.
Es precisamente la comunidad gay la más militante en este sentido. Lo consideran un síntoma de inmadurez o de indecisión. O, una consecuencia de la opresión hetero: Los bisexuales serían seres oprimidos incapaces de expresar su homosexualidad gracias a la presión de la sociedad bienpensante.
Pero si veis el vídeo quizá lleguéis a una conclusión diferente. Se ve a mucha gente contenta, nada frustrada, con ganas de pasárselo bien y muy orgullosa de su condición. La verdad es que a uno le da hasta envidia. Habrá, como los hay en cualquier colectivo, personas inmersas en una experiencia angustiosa, no lo dudo. Pero también las hay en el colectivo homo y heterosexual.
El futuro va por aquí. A medida que las personas vayan tomando consciencia de su capacidad de elección, atenderán cada vez menos los cantos de sirena de los dualistas y se decidirán por no elegir. Por decidir en el momento según sus inclinaciones, diferentes de las de las otras personas, sin fijarse en el sexo y atendiendo a otras cualidades mucho más importantes.  
A medida que el Erotismo se vaya pareciendo a la Gastronomía, nos van a importar mucho más las sensaciones, el contexto y el arte del estímulo y nos fijaremos menos en los prejuicios sean estos homo o heterosexuales.