viernes, 18 de diciembre de 2009

Los kamakutras

El Vātsyāyana kāma sūtra ('Los aforismos sobre la sexualidad, de Vatsiaiana’) fue escrito entre el 240 y el 550 d. C. Es un tratado de Erotismo destinado a la nobleza que, milagrosamente para la época, concibe la necesidad de complacer a las mujeres.


Un objetivo para nada relacionado con la consideración hacia el sexo femenino. Todo lo contrario. Si dicho texto tenía en cuenta el placer femenino era gracias a una superstición según la cual las mujeres insatisfechas parían hijas y, claro, el príncipe o el maharajá necesitaban descendencia.

Llegó este libro a Occidente por obra y gracia del Sir Richard Burton, traductor también de “Las mil y una noches”. La edición de 1883 fue una bocanada de aire fresco en el fétido ambiente antisexual de la Inglaterra victoriana. Pero no tuvo una gran difusión entre el gran público, ignorante a cualquier innovación erótica que superara la famosa postura “del misionero”.

Fue durante los sesenta, con la revolución sexual y el deslumbramiento místico con la Cultura Oriental, cuando empezaron a venderse millones de ejemplares.

El Kamasutra es algo más que una lista de posturas coitales, enseña muchas técnicas y trucos, es en este sentido, un manual de disfrute erótico, muy coitocéntrico, pero útil para ampliar horizontes de la sensualidad.

Sin embargo, la comercialización que todo lo banaliza, ha reducido este libro en una simple lista de ilustraciones de parejas copulando en posturas diferentes. Posturas cada una más acrobática que la anterior y muchas veces imposibles de realizar si uno no es un contorsionista circense con años de entrenamiento.

A finales de los ochenta, cuando en teoría ya todo el mundo estaba liberado, aparecieron versiones simplificadas y distorsionadas del libro. Hasta El Jueves (revista humorística española) editó un entrañable cómic posturológico. Muy divertido, por cierto. Nacieron entonces los kamakutras.

Un kamakutra se caracteriza por ser un libro caro, editado en tapa dura, con muchas fotos y poco texto. El título acostumbra a ser kamasutra más algún adjetivo. Por ejemplo: Kamasutra español, Kamasutra moderno , Kamasutra ilustrado, Kamasutra definitivo, etc. existe incluso un hamakasutra, de origen azteca, dicen sus autores, adaptado a las típicas hamacas de los indios americanos.

La falta de imaginación y a veces de conocimientos de los autores obliga a recurrir a la editorial a imágenes explicitas. Ya se sabe: Gente follando vende. Los protagonistas de suelen ser parejas de macizorros de belleza cercana a top models, de rezas diferentes si se trata de un libro de origen norteamericano (por lo del políticamente correcto). Son modelos y simulan, atención, simulan las posturas. Algunas de ellas ya son un reto gimnástico cuando ambos están quietos, imaginaos si encima tuvieran que moverse.

He aquí algunos ejemplos.


Viendo estas imágenes (esta última es especialmente espectacular) le vienen a uno a la cabeza ideas conspirativas. Quizá un contubernio de fisioterapeutas codiciosos está detrás de la difusión de este tipo de libros. Porque más de una persona – y más de dos – terminarán en la consulta con lumbalgias, cerrvialgias o cosas peores si intentan imitar estas posturas.


Cuando los profesionales de la sexología hablan de variar, de ser creativos, de usar la imaginación, no se refieren a follar en posturas difíciles. No se trata de seguir un libro de estos como si de un manual de Yoga se tratara. Entre otras cosas porque las posturas del Yoga son fruto de miles de años de sabiduría y han sido probadas por millones de personas con un resultado muy satisfactorio. Estas posturas son fruto, muchas veces, de la imaginación calenturienta – y limitada, muy limitada – de los autores. Cuyos cuerpos, seguramente, no resistirían ni la sesión fotográfica.

Huid de estos manuales ilustrados. El mercado está lleno de buenos libros con información, explicados de forma amena, cuyo efecto sobre la fantasía es francamente notable. Con los kamacutras no vais a mejorar vuestra vida erótica y es muy probable que terminéis en la consulta del traumatólogo.



Nota importantísima: No entran en esta categoría los kamasutras de Alicia Gallotti. Son la excepción que confirma la regla porque están llenos de ideas, trucos y consejos muy útiles y enriquecedores.

sábado, 5 de diciembre de 2009

El, para nada, extraño caso de Princesita y Chulo piscinas

Bernard Pras es un artista cuya materia prima es la basura. Yo no pretendo llegar a tal nivel de excelencia, pero si quiero hacer cierta labor de reciclaje. Intentaré usar el detrito mediático para generar un escrito que, ojala, le sea a alguien de utilidad.
A estas alturas toda España se ha enterado de este asunto pero para los extranjeros y los desconectados haré un breve resumen:

  1. Chulo piscinas y Princesita entran en la casa de Gran Hermano.
  2. Chulo piscinas se comporta como un chulopiscinas.
  3. A Chulo piscinas le gusta Princesita.
  4. A Princesita también le gusta Chulo Piscinas pero ella sólo tiene relaciones sexuales cuando está enamorada.
  5. Chulo piscinas empieza a comportarse de forma cariñosa con Princesita.
  6. Princesita cree que Chulo piscinas ha cambiado por ella.
  7. Princesita se enamora de Chulo Piscinas.
  8. Princesita tiene relaciones sexuales con Chulo piscinas porque “está enamorada”.
  9. Chulo Piscinas empieza a comportarse como un chulopiscinas.
  10.  Princesita se siente decepcionada.
  11.  Entra en la casa Gata Maula.
  12.  Gata Maula le echa los tejos a Chulo Piscinas.
  13.  Princesita se cabrea con Chulo Piscinas y pero más con Gata Maula.
  14.  Chulo piscinas se muestra agresivo con Princesita.
  15.  Princesita llora desconsolada.
  16.  Gata Maula se va de la casa.
  17.  Chulo Piscinas vuelve a ser tierno con Princesita.
  18.  Princesita cae otra vez y vuelve a tener relaciones sexuales con Chulo Piscinas.
  19.  Vuelve a entrar Gata Maula.
  20.  Gata Maula le vuelve a tirar los tejos a Chulo Piscinas.
  21.  Princesita se pica con Gata Maula. Mucho más que con Chulo Piscinas.
  22.  Chulo Piscinas vuelva a comportarse de forma agresiva con Princesita.
  23.  Princesita aumenta su actitud agresiva con Gata Maula.
  24.  Gata Maula provoca a Princesita.
  25.  Princesita le tira un vaso de agua a Gata Maula y la llama zorra a la cara.
  26.  Princesita es expulsada por agresión.
  27.  Chulo Piscinas es nominado pero continua en la casa por voluntad del público.  
No se si esto es espontáneo o si obedece a un guión más o menos rígido. No me importa. Porque quiero utilizar el suceso para ilustrar un comportamiento bastante típico en esta ibérica tierra.
Esta historia no es en absoluto excepcional. Miles de mujeres caen en manos de donjuanes de poca monta más interesados en medir las proporciones de su cimbrel que en tener verdaderos intercambios eróticos. Digo donjuanes y no casanovas a propósito. Porque Giacomo Casanova no se hubiera comportado nunca así, pese a vivir en una época machista e incluso misógina.
Los donjuanes viven de jugar con la “honra” de las mujeres. La “honra” es como el capital de decencia de una chica. Una mujer vale tanto cuanta más honra tiene. Y pierde honra en función del uso que ella haga de los genitales. La honra no es suya, es un capital depositado por la familia. Y es responsabilidad de los padres y hermanos vigilarlo hasta la hora de transmitirlo al marido.
Hasta hace cincuenta años una mujer perdía la honra cuando tenía relaciones con un galán y estas se hacían públicas. Don Juan perseguía eso precisamente, deshonrar mujeres. Vejarlas utilizando esa ficción social para autoafirmarse como varón.
En la actualidad el concepto de “honra” está en crisis. Ya no se la pierde por una aventura o por acceder a un intercambio erótico. Bueno, no se pierde siempre y cuando existan expectativas de relación a largo plazo. Vamos lo que vulgarmente se dice: Enamorarse. Porque una chica cuyo comportamiento sea igual de promiscuo que el de un varón exitoso es estigmatizada inmediatamente tanto por los hombres como por las mujeres.
Como ya no es factible educar a las chicas en la castidad prematrimonial se opta por bloquear cualquier inclinación al erotismo lúdico. Se considera despreciando a la “guarra” y a la “buscona”. No en vano Indira llamó “zorra” a su adversaria.
Los chulos piscina lo saben. O lo intuyen, porque adjudicar determinadas cualidades cognitivas a según que personas puede ser una temeridad. Pero saben algo más. Saben cómo utilizar otro concepto fundamental para el control de las mujeres: El mito según el cual el amor puede transformar a las personas.
Los padres, el colegio y la sociedad introducen esta idea en la cabeza de las niñas desde pequeñas facilitando, sin quererlo, la tarea del chulo piscinas de turno. Porque a este le basta con tener un pequeño pool de chicas a las que tratar de forma despectiva (antiguas víctimas, quizás) e incluso vejar pública o privadamente.
Estas chicas le sirven de contraste para convencer a su objetivo de cuanto ha cambiado su actitud gracias a ella. La princesita que ya se siente atraída por el chulo piscinas pone en marcha su mecanismo mental:

-       El chico me gusta mucho, siento que me estoy enamorando (normalmente los chulos piscina son guapos o famosos y a veces ambas cosas). Traducido al idioma del pueblo llano: Que le echaba un polvo, o cincuenta.
-       Pero no, no puedo, no estoy aún suficientemente enamorada. Yo sólo follo cuando estoy muy enamorada.
-       A mí me trata de forma especial. Es muy mono y muy tierno conmigo. Eso es que está enamorado de mí.
-       Me siento especial con él. Seguro que ha cambiado por mí.
-       He logrado que cambie. Me estoy enamorando mucho más.
-       Como ahora estoy muy, muy enamorada de él ya puedo follar.




Nota: Este proceso mental puede durar días o minutos. Debe diferenciarse del amor que sólo surge tras muchos meses de conocimiento mutuo.

El resto de la historia ya lo ha vivido en directo media España: 







Nota: Observese la actitud de Chulo Piscinas. Ajeno al conflicto, como si no fuera con él. Vamos un chaval con valores. 


Por cierto me gustaría preguntar a los organizadores del programa lo siguiente: ¿Por qué no consideran agresivo el comportamiento de Chulo piscinas? ¿Es lícito llamar imbécil a una persona tantas veces como lo hacho este individuo? 
Chulo Piscinas es una persona despreciable en lo que concierne al trato con las mujeres. Tiene todos los números para convertirse en un maltratador si no cambia su visión de las relaciones. Porque cuando aparezcan los michelines, le crezca la barriga y el pelo se le caiga y  ya no consiga las cosas por las buenas las querrá conseguir por la malas. O no, ya veremos.
A pesar de esto Princesita cayó en esa trampa. Y lo hizo gracias a la educación recibida. Porque estoy seguro que si hubiera valorado correctamente al individuo en cuestión en lo que es y lo hubiera utilizado para lo único que sirve un chulopiscinas: Para follar. Otro gallo le hubiese cantado.
Pero eso era quedar como una “zorra” delante de toda España. Y ya  se sabe: ;Es mejor ser una inocente mujer despechada que un pendón desorejado. Porque:

 “La española cuando folla es que folla de verdad y a ninguna le interesa follar por frivolidad”.







martes, 24 de noviembre de 2009

La bestia interior




Existe una teoría según la cual el hombre, me refiero al varón, utiliza la violencia como una forma natural de relacionarse con el sexo femenino. Cuando no consigue algo por las buenas, lo hace por las malas y san se acabó. La Naturaleza es así.
La violencia sexual seria, por lo tanto, un  instinto básico de los varones de la Especie Humana y no habría manera de dominarlo. Como mucho atenuarlo y prevenirlo. Ah y sobre todo no estimularlo por parte femenina.
Esta ideología se parapeta detrás de una interpretación del psiquismo humano llamada Psicobiología. Una corriente del pensamiento científico que intenta explicar algo tan complejo como el comportamiento humano a partir de la comparación con el animal. Sobre todo con el de los animales más próximos a nosotros: Los antropoides.  
El maltrato entre los animales existe. Pero se lleva a cabo sólo en contadas ocasiones. A un macho no le conviene dañar a la que se encargará de gestar, parir y amamantar a su descendencia. No existe ninguna especie donde el poder de los machos sobre las hembras sea tan grande como entre los humanos. Porque en la Naturaleza machos y hembras no son competidores sino socios en la reproducción. Nunca se adopta una estrategia que pueda lesionar los intereses de uno de los sexos. Entre otras cosas porque la mayoría de genes no están ligados al sexo y los que ahora están en un cuerpo de macho en la siguiente generación pueden estar en uno de hembra.
Si la agresión a las hembras es algo poco frecuente, el asesinato es ya una excepción casi impensable. Es como quemar la fábrica de la que uno vive, sin tener seguro, claro. Este hecho es propio de la especie humana y no es un rasgo adaptativo fruto de milenios de evolución, en todo caso es un comportamiento culturalmente adquirido.
¿Cómo se convirtió el ser humano en una especie donde el macho es capaz de maltratar e incluso asesinar a la hembra? La explicación no es sencilla, pero todo indica que el origen de este comportamiento se encuentra en los albores de la Civilización.
Fue a partir tras el descubrimiento de la relación entre Erotismo y reproducción cuando a los varones empezó a entrarles la obsesión por asegurar su propia descendencia. Hasta entonces el adulterio no estaba ligado, en la mente de los machos, a la posibilidad de criar el hijo de otro. La solución era bien fácil: Cada varón tendría el derecho al acceso exclusivo de una o varias mujeres. “No codiciarás la mujer del prójimo” dice la Biblia. Y así sucedió.
Para hacer más fácil el control de las mujeres por parte de los patriarcas y, sobre todo, para evitar su natural tendencia al adulterio, se estableció un régimen de dominación casi absoluto. Las mujeres pasaron a ser una mercancía.
Como consecuencia se legitimó el empleo de la violencia para “mantenerlas en su sitio”. Una violencia cultural, no instintiva. Fruto de educar a las mujeres en la sumisión y a los hombres en el dominio. No es “el animal que llevamos dentro” el responsable de la violencia contra las mujeres, es un sistema basado en la desigualdad entre los sexos, nacido de la paranoia ante la posibilidad de criar un hijo de otro varón.
Como dice Ambrosio García Leal en “La conjura de los machos” (Libro del que he extraído la mayoría de ideas expuestas en este post): “La bestia sexual que llevamos dentro no tiene nada que ver con el violento y abyecto Mr. Hyde, el siniestro álter ego del doctor Jekyll. Es una criatura amable, cariñosa y sensual, cuyos «instintos básicos» son el contacto íntimo, la voluptuosidad y, también, el amor.”
Que no sirvan más de excusa el supuesto instinto violento propio de la masculinidad. Un agresor es un agresor y punto. Debe desistir en su actitud y pagar aquellos crímenes que haya podido cometer. Como cualquier asesino, ladrón o timador. No os creáis las pamplinas pseudobiológicas la violencia machista es fruto del machismo. Y al machismo se lo combate con las leyes y la educación en la igualdad.
Hoy es el día internacional contra la violencia sexista. Creo que un en blog donde se aboga por el Erotismo lúdico debe hacer este tipo de puntualizaciones. Sin embargo no me gustaría terminar si explicar la diferencia entre juego sadomasoquista y violencia sexista. En el primero la mujer, si decide ser la parte sumisa, acepta experimentar una serie de sensaciones y sólo esas. Es la que dirige el juego en todo momento y en todo momento puede detenerlo. Se trata más de masoquismo asistido que de sadomasoquismo. En la violencia sexista la mujer es reducida a un objeto y no tiene en absoluto la posibilidad de controlar la situación. Está a la merced de un tipejo cuyo único interés es reafirmar su masculinidad mal entendida. Quería que esto quedara claro. 

lunes, 23 de noviembre de 2009

Tontra


La búsqueda de un sustituto espiritual a desacreditada Religión en Occidente nos ha traído una gran cantidad de terapias, métodos y gimnasias procedentes de Oriente. Una de estas técnicas de desarrollo digamos sexual importada es el ahora famoso "sexo tántrico".
El Tantra es una forma de vida tan respetable o tan poco como el monacato o la comuna. Respeto a toda persona interesada en seguir ese estilo de vida, faltaría más. Lo que ya no me gusta tanto es esta moda de intentar seguir ciertos aspectos con intereses más terrenales que espirituales. Porque detrás de los "Tontras" está la promoción de un Erotismo similar al  de toda la vida.
La mayoría habréis oído testimonios de hombres y mujeres - algunos de ellos muy famosos - presumiendo de coitos de duración cinematográfica. Algunos, como Sting , hablan de seis u ocho horas de bombeo. Y uno se pregunta ¿Para qué? Para qué estar tanto rato. Como no sea para pillar una hernia discal o una ciática como una catedral, no le veo otra utilidad.
Creo que el Tontra es una forma más de promocionar el sexo como pegamento mágico de la pareja. Una manera de bucar "tres patas al sexo". Promete parísos terrenales y monogamias eternas estirando el acto copulativo como si de un chicle se tratara y pretendiendo así anudar el vínculo de pareja. Y los chicles, digámoslo claro, no son un buen recurso a la hora de asegurar una unión.
La versión occidentalizada del Tantra tiene cosas buenas y cosas malas. En su favor puede alegar un igualitarismo notable - se busca tanto el orgasmo del hombre como el de la mujer- , una recreación en los sentidos y incorporación al juego de otras prácticas eróticas a parte de la penetración. Pero también tiene cosas en contra como su coitocentrismo y su visión dual absoluta de la sexualidad.
Todo en el Tontra gira en torno a conseguir una cópula interminable. Educando al hombre en la contención y el multiorgasmo, se consigue que aguante horas y horas en pos de no se sabe bien qué Nirvana de felicidad cósmica. Poco margen hay para la creatividad y la experimentación, parece más un método de gimnasia. La señora, por su parte, disfruta de múltiples orgasmos – o no, todo depende – y lo pasa fenomenal. Pero uno sospecha que tendría igual disfrute si su compañero continuara la tarea recurriendo a la tecnología digital o lingual. Eso sí, con menor riesgo para sus músculos dorsales y salud vertebral en general.
El Tontra es además muy sexista. Basa toda su teoría en considerar lo masculino y lo femenino como dos polos opuestos. Lo tienen difícil los homosexuales. Al sentir atracción por personas de físico y actitud coincidente en lugar de opuesta la “energía cunalini”, si existiera, no podría circular. Seria como construir pilas con dos polos positivos. Ante este dilema los maestros recomiendan un reparto de papeles. Así uno se feminiza y el otro se masculiniza. Pero yo continúo sin verlo claro. No me imagino a dos camioneros gays musculosos, peludos y con barba diciéndose el uno al otro: Tú serás la mujer y yo el hombre ¡Si lo que les pone es la mutua masculinidad!
Dicho esto quien quiera practicar Tantra que lo haga, pero le recomiendo no obsesionarse ni ver en esta práctica una forma de ganar energía cósmica. Con polvos tan largos sólo se consigue dolor de riñones o ciática. Eso sí, el Tantra es bueno para la musculatura pélvica y previene problemas de próstata o de incontinencia urinaria. Pero este objetivo puede también lograrse ejercitando la musculatura pubococígea con los ejercicios de Kegel. Podéis encontrar información en cualquier manual de sexualidad al uso.
Personalmente considero más interesante jugar con la situación, experimentar con los sentidos y añadir morbo a los encuentros eróticos. Así no se consigue llegar al Nirvana ni la fusión eterna de las almas, pero es más divertido.

PD: Según esta tradición Hindú en cada eyaculación el hombre pierde siete gotas de sangre por cada gota de semen. Por eso recomienda masturbarse sin eyacular. Si eso fuera verdad yo ya me hubiera liquidado todo el Banc de Sang i teixits de Catalunya.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Sobre mi participación en el programa “Banda Ampla” de TV3

Antes de empezar me gustaría agradecer al programa la oportunidad de poder expresar mis opiniones. Pocas veces en la vida tiene uno este privilegio. Sin embargo querría matizar alguna de mis declaraciones así como contestar ciertos argumentos esgrimidos por el resto de asistentes, que no pude rebatir en el momento. Algo natural dada la gran cantidad de invitados.
Pero como dispongo de este blog y sé que algunos de vosotros tenéis la santa paciencia de leer los post, voy a aprovechar esta circunstancia para aclarar, si cabe, mi postura.
Aquellos que no pudieron ver el programa en su momento, podéis visualizarlo copiando este link en la barra del navegador:

www.tv3.cat/programa/39005/bandaampla

y elegir el vídeo donde sale mi careto.

Una cosa os puedo asegurar: Los nervios del directo existen, aunque yo no fui consciente todo el rato. Cómo sino se explica la cara de taquicárdico de un servidor y algunos tropezones verbales. En mi descargo diré que es mi primera experiencia televisiva. No es excusa, por supuesto, pero puede ayudaros a comprender ciertas actitudes.
Hecha pues esta aclaración paso a exponer mis argumentos.

La prostitución es el oficio más antiguo del mundo.

No hay pruebas de su existencia antes de la Revolución Neolítica, ni está presente en las tribus de cazadores-recolectores. Estos pueblos practican la monogamia a largo plazo pero manteniendo una gran igualdad entre los sexos. Es frecuente la infidelidad por parte de ambos cónyuges y, aunque está formalmente mal vista, nunca acarrea malos tratos o castigos.
Algunos divulgadores utilizan el hecho de que las mujeres aceptan regalos antes de tener relaciones sexuales con sus amantes como una prueba de la existencia de algo similar a la prostitución en estos pueblos. Pero recibir un regalo como agradecimiento a un favor, por muy erótico que este sea, no es igual a fijar un precio por un servicio. En el primer caso asumimos que la persona ha actuado de forma voluntaria y sin coacción, porque nos aprecia. Por eso le hacemos un regalo. En el segundo nos importa un pimiento si es amiga nuestra, lo que buscamos es un producto o un servicio.

La prostitución evita violaciones.

La violación es un acto criminal y como tal debe ser perseguido. Si alguien siente deseos de violar debe reprimirlos, como debe reprimir los deseos de robar, matar o estafar.
Proponer la creación de un cuerpo de mujeres destinadas a “calmar” los supuestos irrefrenables impulsos violadores de ciertos varones, es equivalente a pedir la institucionalización de un grupo de “panolis” dedicados a dejarse timar para calmar las ansias de los estafadores. O, mejor todavía, convencer a ciertos ciudadanos para que se dejen disparar por asesinos para evitar crímenes en las calles.
Los varones de nuestra especie nos regimos por valores, no por instintos innatos. Aunque existiera un instinto violador –que no existe- deberíamos hacer lo posible por no seguirlo. La violación ha sido, por desgracia, demasiado comprendida y justificada. Pero un violador tiene menos excusa que un asesino. Porque no existe la violación en defensa propia. Simplemente no debe hacerlo y punto.

¿Qué hacen las personas poco agraciadas o los discapacitados?

Las personas poco agraciadas o con problemas para relacionarse con los demás pueden adquirir habilidades acudiendo a talleres y seminarios. En casos extremos tienen toda la gama de profesionales psi (psicólogos, psiquiatras, psicoterapeutas etc.), que recurran a ellos y no a prostitutas.
Aquí pueden también colaborar las mujeres no siguiendo el comportamiento aprendido a la hora de ligar. Teniendo una mayor iniciativa pueden ayudar a estas personas y salir ganando, detrás de un tímido o de un feo puede haber una gran persona.
Muchos discapacitados tienen pareja y no siempre con discapacitados. Que les pregunten a estas personas como lo han conseguido.
En última instancia deben saber que no existe el derecho a tener relaciones sexuales. Existe el derecho a la no injerencia de los poderes públicos cuando estas son libres y consensuadas. Pero nadie tiene derecho a usar el cuerpo de una persona para su propio placer. Lo siento mucho pero deben aguantarse.


¿Qué hacen los transexuales?

Las transexuales viven una marginación injusta que debe terminar. Pero la solución a este terrible problema social no puede ser ofrecerles el ejercicio de la prostitución. Los grupos que defienden sus derechos, los sindicatos y la inspección de trabajo deben presionar a empresarios y comerciantes para que admitan en sus plantillas a personas con independencia de si el sexo cromosómico corresponde o no con su apariencia física.
Es necesario presionar a las autoridades para que legislen teniendo en cuenta sus derechos y empezar una labor de formación encaminada a darles la posibilidad de salir de su actual marginación.

Los hombres tienen un impulso sexual incontrolable. Por eso debe haber prostitutas.

Esto es mentira y además es ofensivo. Los varones podemos y debemos controlar nuestros impulsos tal como hacen las mujeres. Otra cosa es constatar la diferencia en la demanda de ese mismo control en función del sexo. A los varones no se nos castiga por manifestar el deseo. Todo lo contrario, se nos incentiva a demostrar disposición erótica en todo momento. Por otro lado las mujeres tienen restringida tanto la demostración como la realización de sus deseos. Y esta restricción pivota sobre la figura de a prostituta.
La prostitución permite sobreexcitar a los varones sin que eso se manifieste en un mayor deseo en las mujeres. Porque estos, en lugar de convencer o seducir, pueden desahogarse en los prostíbulos.


Los hombres buscan la promiscuidad porque tiene millones de espermatozoides y pueden fecundar muchas mujeres. Las mujeres prefieren la monogamia porque tienen un número comparativamente más bajos de óvulos. . La naturaleza de ambos es diferente.

Falso. Un macho, sea de la especie que sea, busca dejar el máximo de descendencia. Pero el máximo de descendencia viable. Dicho en otras palabras: El máximo de descendencia capaz de dejar descendencia. Y las hembras buscan lo mismo.
Cada especie llega a un “pacto” que favorece a ambos sexos. Porque ambos sexos son socios en la empresa de la reproducción.
Los datos indican que nuestros ancestros adoptaron como estrategia reproductiva la monogamia a largo plazo. A las hembras les convenía porque conseguían ayuda a la hora de criar a los hijos y a los machos porque podían así asegurar más descendencia que con la poliginia o la poliandria.
Pero la monogamia humana es, como todas las existentes en la Naturaleza, imperfecta. Ambos miembros de la pareja practicaban la infidelidad. Los machos para tener más descendencia y las hembras para conseguir machos mejor dotados genéticamente.
En la actualidad hay una cierta disonancia entre el comportamiento femenino y el masculino. Pero se debe a la desigual educación fruto de un sistema patriarcal herido pero aún vivito y coleando. Esta diferencia es cultural y fruto, básicamente, de la obsesión varonil por asegurar el acceso exclusivo al máximo de mujeres posible, con el objetivo de asegurar la paternidad de su descendencia.


Estoy en contra del estigma: La división entre putas y puras debe terminar.


Una consecuencia de la obsesión masculina por el acceso exclusivo a las hembras es precisamente la prostitución. Para evitar la seducción de hembras de otros machos o la intromisión en los matrimonios de varones solteros, se hicieron dos cosas:

1. Restringir la natural tendencia femenina al adulterio mediante castigos y educación represiva.
2. Crear un cuerpo de mujeres públicas dedicadas a saciar el hambre de los varones solteros y los casados insatisfechos.

Para que la mayoría de mujeres quisieran pertenecer a un varón y no dedicarse a la “vida alegre” se las marginó. En algunas sociedades la sacralizaron convirtiéndolas en sacerdotisas y en otras – la inmensa mayoría- Las estigmatizaron.
El estigma que recae sobre las prostitutas pero también sobre las mujeres de sexualidad independiente debe cesar. Es una estrategia del patriarcado cuyo objetivo es mantener la actual división entre mujeres puras y mujeres putas.
No tiene sentido en pleno siglo XXI y además impide una comunicación creativa y saludable entre personas de sexos diferentes. Es un artefacto que los hombres, pero también las mujeres, deberían ayudar a erradicar.


La prostituta no hace nada inmoral, es quien paga el que lo hace.

Cobrar por un servicio sexual no es una inmoralidad. La inmoralidad, a mi entender, es utilizar la coacción – y la económica es también un tipo de coacción – para conseguir intercambios eróticos.
En la prostitución, como en cualquier transacción comercial, hay una asimetría de poder. El cliente ejerce su poder monetario obligando a la prostituta a ceder su cuerpo. Uno no va a una casa de citas como va a un masajista. No se pone en manos de la meretriz, no va a aprender o a curarse, va a usar el cuerpo de la chica para satisfacer su ansia de poder.

La ideología neoliberal imperante nos hace ver que cualquier intercambio económico es decente “per se”.

Pero deben existir límites al comercio. Uno de ellos debería ser el uso del cuerpo de las personas. Si un restaurante, por diferenciarse de la competencia, decidiera alquilar chicos fornidos para hacer de mesas y de sillas se armaría un escándalo de grandes proporciones. Como la prostitución es tradicional en nuestra cultura – y también como la ejercen mayoritariamente mujeres – la vemos como lo más natural del mundo.

Ser abolicionista no es ser prohibicinista.

El abolicionismo tiene por objetivo la extinción de esta práctica. La estrategia para lograr este objetivo es otro cantar. Prohibir el ejercicio de la prostitución sólo agrava el problema de las prostitutas.
En mi modesta opinión debemos presionar sobre el cliente con la multa y la educación. Pero haciendo un gran esfuerzo para convencerlos de no seguir con esta práctica.
Paralelamente debe avanzarse en el Estado de Bienestar para conseguir que cada vez menos personas se vean abocadas a ofrecer servicios sexuales para sobrevivir o dar una vida digna a su familia. Este punto es muy importante porque no servirá de nada si no tienen una alternativa digna su estilo actual de vida.

Ser abolicionista no implica ser puritano.

Todo lo contrario, la prostitución es una pieza clave para mantener un sistema donde la sexualidad es vista como algo sucio y pecaminoso. Los puritanos han condenado siempre a las prostitutas con una mano mientras aseguraban su existencia con la otra.
Si abogamos, como yo abogo, por una sexualidad libre debemos luchar por la desaparición de este fenómeno, que es pieza clave en la restricción del comportamiento femenino.
Además una sexualidad libre e igualitaria implica tanto a varones como a mujeres. Estas últimas deben revisar su comportamiento basado en la renuncia y la resistencia pasiva. Pero los varones también necesitan hacer un esfuerzo para apartarse de un modelo de masculinidad que les obliga a estar todo el día en “presenten armas” y a demostrar sus altas dosis de testosterona en el hogar, el trabajo y el burdel.

Hacerse la comida

Cocinar para uno mismo es algo muy normal. Quien más quien menos – bueno, menos algunos ejemplares de Homo Atapuerquis – se ha visto en el trance de hacerse la comida. Aunque sólo sea un bocata. Es algo normal y nadie lo considera un peligro. Tampoco nadie pondría el grito en el cielo si un Centro de ocio para jóvenes diera lecciones sobre cómo hacerse unos bocatas o un caldito.
Sin embargo cuando un ente público como la Junta de Extremadura organiza una serie de talleres para enseñar a los adolescentes las virtudes de la autoexploración, se arma el escándalo.
Y es que la carcundia de este país está aún muy activa.
Estas cosas no pueden enseñarse, deben ser descubiertas a trompicones, en la clandestinidad y bajo amenaza de terribles castigos. Sobre todo las chicas. Porque los hombres, ya se sabe, son como monos y esto lo llevan en los genes. Pero las adolescentes, criaturas inocentes e inmaculadas…. ¿Cómo se atreven a enseñarles el vicio y la perversión? ¡Habrase visto! Y luego ¿Cómo las casamos? Porque van a saber más que su novio. Y eso, señores, no puede ser. Porque una mujer sabionda no gusta a un hombre de verdad. Vamos, una hecatombe.
Este debe ser, más o menos, el chorro de ocurrencias que debe circular por más de una presentadora de Intereconomía. Pues a mí me parece muy bien, aunque sólo sea por dar una mínima orientación a unos chavales cuya educación sexual se reduce a foros de internet y páginas porno. Vivimos en la sociedad del conocimiento, pero en ciertos ámbitos promocionamos la más absoluta ignorancia. Los niños se hacen adultos, de esta ley natural no se escapa nadie, mejor que hagan el camino con algo de iluminación y no a oscuras como hasta ahora.

jueves, 22 de octubre de 2009

¿Por qué los hombres quieren sexo y las mujeres necesitan amor?

Recientemente ha caído en mis manos la continuación de una saga de libros dedicada a explicar la diferencia entre los sexos. Se titula “Por qué los hombres quieren sexo y las mujeres necesitan amor”. Uno ejemplar más para engrosar la literatura dedicada a explicar de forma supuestamente científica el comportamiento sexual humano.

La tesis principal de todos estos autores es la siguiente:

Pese a todos los esfuerzos por buscar una relación más igualitaria entre los sexos, la conducta sexual humana de base a penas ha cambiado desde el Paleolítico. Esto se debe a que nuestro cerebro ha evolucionado muy poco desde entonces y la cultura apenas ha tenido influencia.
La Evolución nos ha hecho a hombres y mujeres diferentes física y psicológicamente porque cada sexo tiene un objetivo incompatible con el del otro.
El varón puede fecundar a muchas mujeres porque produce millones de espermatozoides, esto lo hace buscar el máximo de parejas posibles. Está orientado a la promiscuidad. Por el contrario, la mujer, sólo puede transmitir sus genes a la próxima generación tras un largo periodo de gestación y amamantamiento de la cría. Tiempo durante el cual gasta mucha energía. Es natural que pretenda “engatusar” a un macho proveedor para conseguir recursos e invertirlos en la cría de la descendencia de ambos. En una palabra: Buscan, por naturaleza, la monogamia e intentan que el macho la desee a través de dosificar de forma deliberada y concienzuda las relaciones sexuales con su pareja.

Yo no soy nadie para recomendar la abstinencia en la lectura de determinados libros. Es más, recomiendo cualquier lectura mientras sea crítica. Por que de un libro siempre se puede obtener alguna cosa buena. Menos quizá de Mein Kanpff. Sin embargo su lectura puede resultar tóxica si no se toman medidas. Antes de abrir la tapa conviene tener en cuenta lo siguiente:

1. Las personas tenemos un cerebro primitivo, pero también un neocortex. Eso significa que nuestro comportamiento no viene determinado por impulsos instintivos sino por valores morales inculcados en la parte más evolucionada del encéfalo. Son estos valores, aprendidos en la familia y la escuela, los que gobiernan nuestras acciones.

2. Sabemos más bien poco sobre cómo era la Especie Humana en el Paleolítico. Es más durante los últimos años el modelo victoriano de hombre proveedor y mujer encargada de la crianza ha entrado en crisis. Algunas como Sally McBrearty ya la cuestionaban en los años 70*.

3. Tienen razón al destacar la supervivencia de ciertas conductas pese a los esfuerzos educativos y las reivindicaciones del Feminismo. Pero son falaces cuando lo achacan a supuestos mecanismos innatos heredados a través de años de Evolución. No tienen en cuenta - creo que voluntariamente – la llegada de los neocon en los años ochenta y su influencia sobre las costumbres. Tampoco hablan de las diferencias económicas fruto de directa discriminación por sexos. Como ejemplo: Una mujer cobra un 30% menos que un varón por el mismo trabajo ¿Cómo no van a influir estas injusticias en su comportamiento sexual?

4.Los estudios citados son científicos y rigurosos, otra cosa es su interpretación. Si os tomáis la molestia de leer alguno veréis la prudencia con la que exponen los resultados cómo se reprimen de especular con los datos. Sin embargo estos señores, a pesar de lo que dicen, están lejos de esta actitud ¿Por qué? Porque no pretenden hacer divulgación científica, intentan divulgar sus ideas. Ideas conservadoras, incluso reaccionarias. Tienen todo el derecho, pero deberían ser más sinceros y decirlo desde el principio. Y, sobre todo, no utilizar la Ciencia de forma torticera para apoyar sus argumentos.

5. No hay nada determinado en el comportamiento de la Especie Humana. Incluso el concepto mismo de comportamiento es poco aplicable, porque existen tantos comportamientos como individuos. Esos mismos neurólogos y psicólogos evolutivos empeñados en hacernos creer en la inutilidad de intentar cambiar las relaciones entre los sexos, son partidarios de un sistema de Justicia y nunca achacarían la conflictividad social al haber perdido la bonita costumbre de solucionar los problemas con peleas rituales, como hacen los lobos, los chimpancés y seguro hacían nuestros antepasados.

Claro que todo esto lo ha escrito una persona con una firme creencia en la necesidad de establecer relaciones entre los sexos basadas en la justicia y la equidad. Un soñador desfasado y poco realista, pensarán estos señores. Me da igual. Ni teniendo razón, que no la tienen, deberíamos renunciar a moldear las mentes de las personas para conseguir una sociedad mejor para todos. Somos Homo sapiens sapiens, aunque algunos se empeñen en demostrar lo contrario.

*Un resumen de su tesis se puede ver en el libro "El sexo olvidado" de J.M Adovasio y Olga Soffer. Referencia completa muy pronto en Erotonomía.

domingo, 11 de octubre de 2009

¿Qué es una relación erótica?

Toda relación humana sea del tipo que sea tiene unas reglas. Por ejemplo: Una relación de poder se caracteriza por que una parte manda y la otra obedece. La asimetría pude ser más o menos acusada y también puede haber una cierta bidireccionalidad, pero deberán siempre existir ambas figuras para que pueda ser considerada como tal.
Las relaciones eróticas se definen por el deseo, el deseo de sentir placer por ambas partes, una de la otra. Son intrínsecamente bidireccionales. Puede haber erotismo hacia un objeto, pero no relación erótica. Uno puede disfrutar muchísimo de un baño de agua caliente con sales, incluso recurrir al chorro para obtener un orgasmo. Pero a nadie se le ocurriría definir eso como una relación erótica entre la persona y agua.
Hay un componente de voluntad indispensable, es necesario el consentimiento pero también las ganas. Una relación erótica, según mi opinión, es el resultado de la realización de un mutuo deseo de placer. No hace falta que este deseo sea de igual magnitud entre todos los participantes, pero si es imprescindible que ambos lo sientan.
Existen muchos sucedáneos de relación erótica. Uno de ellos, la prostitución, ya ha sido tratado en los dos post anteriores. Pero hay muchos más: Conseguir satisfacción erótica a cambio de cariño o seguridad, un orgasmo a cambio de una promoción o el éxtasis por la fuerza. Estos sustitutos no son nunca del todo satisfactorios y además bloquean el conocimiento del Erotismo real, dejando aparte los condicionantes morales, claro.
No se le puede pedir peras al olmo como tampoco se le puede exigir a la prostituta que sienta atracción. En todo caso nos puede obsequiar con un simulacro, un simulacro tan poco real como el del ama de casa cumplidora del deber marital. Eso puede funcionar durante un tiempo, pero tarde o temprano el corazón y el cerebro nos pedirá veracidad. Por que está en nuestra naturaleza relacionarnos con los otros humanos de forma sincera en todos los aspectos de la vida. Ya pagamos un precio por la falsedad en otras relaciones, dejemos esta parcela libre de ponzoña. Seguro que salimos ganando todos.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Hombres caballo y prostitución

En la novela de Dominique Lapierre “La ciudad de la alegría” se describe un oficio a mi entender inhumano. Se trata de los llamados hombres caballo. Unas personas, normalmente varones, cuyo oficio consiste en arrastrar un carro donde se sienta un pasajero.
Dejando a parte las terribles condiciones de trabajo, las consecuencias catastróficas para la salud y el mísero sueldo que obtienen, considero humillante utilizar a un hombre como si fuera un burro.
A muchos lectores les ha ocurrido lo mismo, el propio autor lo reconoció en una entrevista. Por supuesto, a ninguno de ellos se le ocurre culpar de este oficio al porteador. En todo caso quien recibe las críticas es el cliente por aceptar ese servicio.
Sin embargo a las prostitutas se las ve de forma diametralmente opuesta. Si hacen la calle es porque quieren o por su naturaleza promiscua, el cliente es un pobre hombre frustrado sexualmente en busca de cariño y satisfacción (que no encuentra en su ambiente más inmediato. Quienes provocan problemas de orden público son las prostitutas, no los clientes. Las enfermedades venéreas las transmiten ellas, los clientes son, en todo caso, víctimas.
Nadie ve a la prostituta como el “hombre-caballo”. Nos parece repugnante la vida de un ser obligado a cargar con el peso de sus semejantes hasta reventar, pero no nos da ninguna pena una mujer manteniendo diez o doce relaciones sexuales con penetración, sin estar excitadas y con tipos normalmente poco atractivos.
Ya puestos y siguiendo el argumento normalizador en base a la demanda, podríamos proponer nuevos oficios a los muchos parados del suelo ibérico. En la corte de Luis XIV existían unos criados dedicados a limpiarle el culo a rey después de sus deposiciones. No sería mala idea proponer este cargo para los urinarios públicos o los lavabos de restaurantes de lujo. Y podemos ser más creativos aún: En los masculinos podríamos proponer el oficio de “aguantacarajos” para evitar que los clientes se manchen las manos.
Así podemos seguir hasta el infinito. El hombre es capaz de inventar muchas maneras de degradar a sus semejantes y es también muy hábil en institucionalizar esas formas de explotación.
Esto es básicamente lo ocurrido con el sexo de pago, primero lo inventamos, luego lo institucionalizamos, lo normalizamos y, ahora, lo vemos como normal. Es una institución muy antigua, ya va siendo hora de clausurarla. La forma de hacerlo es otro tema, pero creo sinceramente que este debe ser su destino.

martes, 8 de septiembre de 2009

Razones para no recurrir a la prostitución.

La prostitución es un tema “Guadiana” sale a la superficie mediática y tras un corto periodo de tiempo se esconde. Por desgracia cuando se trata públicamente siempre se hace desde una perspectiva sensacionalista, morbosa y sesgada. Las noticias de la última semana son un ejemplo.
Además el enfoque no varía en absoluto. Los problemas derivados de la prostitución son siempre responsabilidad de las prostitutas o de las autoridades que no las controlan adecuadamente. Los clientes, si aparecen, nunca son objeto de crítica. En todo caso se los entrevista como si salieran del Ipercor o del Caprabo. Y, digámoslo claro, ir de putas no es lo mismo que comprar en el súper.
Es necesario hacer una labor educativa sobre los usuarios. Si algo hay son incentivos a favor de recurrir ya sea en forma de disculpa. Algunas películas como Prety woman lo proponen como una forma de encontrar el amor, que ya es mucho proponer.
A continuación voy proponer una serie de argumentos en este sentido. Van destinados a hombres porque son el 95 % de los usuarios, pero es perfectamente aplicable a las mujeres que requieren de estos servicios.

1. La prostitución es una institución patriarcal. Se originó al establecer el sistema por el cual cada varón tenía derecho a monopolizar la sexualidad de al menos una mujer, con objeto de asegurar su descendencia. Para evitar altercados entre patriarcas se creó un cuerpo de mujeres a disposición de solteros y posibles adúlteros. Acudiendo a ella contribuyes a mantener la división entre mujeres puras y mujeres putas. También lo haces cuando utilizas esa palabra para juzgar de forma negativa el comportamiento erótico libre y autónomo de una mujer.

2. La relación con una prostituta es siempre asimétrica. Como cliente tienes derecho a exigir el servicio pactado, su voluntad cuenta poco. Hay muchas otras situaciones donde un cliente paga por un determinado servicio, una masajista, por ejemplo. Sin embargo en estas relaciones comerciales siempre actúas bajo su criterio profesional, le explicas tu problema y ella actúa en consecuencia. En la prostitución, el criterio de la prostituta no se tiene en cuenta.

3. Un encuentro erótico con una prostituta no es real. El Erotismo es una forma de comunicación, un juego entre dos con reglas prepactadas. Al pagar esas reglas se rompen, ya no hay juego, simplemente impones tu voluntad. Te pierdes la posibilidad de comunicar. Podrías pensar que en una relación BDSM ocurre lo mismo, pero no es así. En este tipo de encuentro todos los participantes pactan unas reglas antes de empezar, lo hacen sin coacción y tienen una “palabra clave” para detener el juego en cuanto se pronuncia.

4. La prostitución no es una relación erótica. Cuando quedas con una amiga para “echar un polvo” o incluso cuando es una chica que acabas de conocer, no existe coacción, o no debería existir. Al pagar siempre coaccionas a la persona y, esto si es según mi opinión, el Erotismo requiere ausencia de coacción, sino no es Erotismo, es otra cosa.

5. Es muy probable que tengas relaciones con una persona traficada. No todas las prostitutas son víctimas del tráfico de mujeres o están controladas por un chulo. Pero si hay muchas en esta situación y su número aumenta día a día. Tú no puedes saberlo porque, seguramente, no te lo va a decir. Si fuera así estarías cometiendo una violación. No se si vale la pena llevar ese peso en la conciencia.

6. Al recurrir a la prostitución pierdes la oportunidad de mejorar tus herramientas de comunicación. Si no has ligado, si no tienes pareja o parejas, si no tienes amigas con derecho a roce, quizá tengas un problema con tu capacidad de seducir. Recurrir a la prostitución es el recurso fácil. En realidad es una institución diseñada para que no reflexiones sobre tu forma de relacionarte con las mujeres. Y también para que no seduzcas a las de los otros hombres.

7. La prostitución enseña un erotismo pobre. Contrariamente a lo que muchas personas piensan, las prostitutas, al menos las prostitutas de calle, no son expertas en Erotismo. Algo explicable. Intimar con personas que no te parecerán atractivas, ir lo más rápido posible para obtener el máximo rendimiento, trabajar en un coche o en un descampado no es precisamente la mejor manera de despertar la creatividad y la imaginación.

Estas son algunos de los argumentos que se me ocurren, seguramente hay más. Es necesario enfocar el tema también desde este punto de vista y alentar a los clientes a examinar críticamente su comportamiento. En España, en este momento, esta crítica está ausente. Hay detrás intereses muy poderosos que se excusan en la supuesta libertad sexual. Pero la libertad sexual no tiene nada que ver con la explotación de los demás, eso no es libertad, es abuso. Pensadlo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Caramelitos cachondos




La marca de golosinas hariboo ha desatado la polémica en Inglaterra al colocar en los envoltorios dibujos de frutas disfrutando de momentos eroticofestivos. Varias asociaciones de padres han protestado enérgicamente porque, según ellos, estas ilustraciones estimulan la curiosidad infantil por cosas de las que los niños no deben interesarse.
Como podéis ver en las imágenes tanto la lima como el limón tienen cara de estar pasándolo muy bien. Lo mismo ocurre con las dos cerezas y la lima que parecen estar disfrutando de un magnífico trío.
Las golosinas han sido siempre miradas con recelo por parte de los adultos. Pero no por el alto contenido en azúcares refinados (que es el verdadero peligro) sino por ser estos los objetos preferidos por pederastas y narcotraficantes para pervertir menores. El “hombre de los caramelos” está instalado en nuestro imaginario colectivo y como un fantasma recorre nuestra mente poniéndonos en alerta ante estos tipejos. Desgraciadamente hoy en día los pederastas no necesitan exponerse en lugares públicos, les basta con acudir a ciertos foros para “pescar” a sus víctimas.
Estos padres, preocupados sinceramente por el desarrollo moral de sus hijos, ven en los envoltorios de los caramelos una publicidad subliminal del desenfreno y la orgía. Los santos ignorantes, al ver estos dibujos lascivos pierden la inocencia y pasan, automáticamente, de jugar a la las chapas a hacer de chapero o de jugar a muñecas a montárselo con muñecas. Desde este punto de vista parecería que una supuesta “internacional pederasta” estaría detrás de esta campaña publicitaria.
Siento defraudar a estos atemorizados padres, pero los niños no necesitan ningún estímulo externo para despertar su curiosidad erótica. La tienen muy despierta y desde muy temprano. Por otro lado, estos defensores de la infancia no parecen estar muy preocupados por la presencia de personajes “entrañablemente violentos” como los Loneley Toons. Al parecer es menos preocupante para el desarrollo de un niño ver al coyote colocando una carga explosiva marca ACNE al paso del Correcaminos que contemplar dos frutas en actitud eroticofestiva.
Considerar a los niños como naturalmente ignorantes en materia erótica y querer tenerlos en una urna estanca contra cualquier estímulo es, cuanto menos, una estupidez. Una estupidez y una inmoralidad porque con esta actitud les negamos su derecho a experimentar y aprender como lo hacen en otros ámbitos de la vida.
Señores padres: No se alarmen que ningún niño se va a volver adicto al sexo por ver estos dibujos. Ellos mismos disfrutaron de las películas de la Warner Bross y no son ni terroristas ni asesinos en masa ¿Por qué va a ser más peligroso el Erotismo de ficción que la violencia simulada?

viernes, 28 de agosto de 2009

Buffet libre


La obsesión heterosexual por la cópula es algo sorprendente desde la visión lúdica de la Erotismo. Es como si una determinada cultura culinaria incluyera siempre en sus platos la carne de ternera. Todos la miraríamos con extrañeza y sería criticada por monótona e insaludable.
Basta con ver las escenas eróticas de las películas, todas son iguales. Tras un leve forcejeo con la ropa, uno de los dos (normalmente el varón) se abalanza sobre el otro para introducir o dejarse introducir la cosilla. Para finalizar unos breves espasmos algún gemido y un grito más o menos sonoro. Con estos ejemplos no es de extrañar que se haya instalado en nuestra sociedad la manía por la penetración.
Este comportamiento no pasaría de pura anécdota sino fuera por el malestar que genera. Muchas personas intentan imitar el modelo y lo colocan como objetivo de cada encuentro erótico. Hasta el punto de no considerar sexo a los intercambios eróticos donde no está presente.
Muchas personas creen tener problemas por llegar al orgasmo demasiado pronto, por llegar demasiado tarde o simplemente por no llegar. Personas que, por otro lado, disfrutan con normalidad de una felación o de un cunilingus. Pero ellas, empeñados en cumplir con el estándar sienten afectada su masculinidad o su feminidad.
Sin embargo gays y lesbianas tienen una Erotismo diferente. Contra la opinión general, la penetración (en el caso de las lesbianas obviamente con un dildo) no es la técnica dominante. Prefieren otras cosas, más variedad y más experimentación. Tienen, en general, una sexualidad más rica.
Los heteros deberíamos aprender de ellos y dejar de obsesionarnos por el mete- saca. Disfrutaremos mucho si colocamos la cópula en su lugar. Sin dejar de practicarla, por supuesto, pero dándole una importancia similar a las otras técnicas.
Muchas parejas encontrarían una nueva vía para enriquecer su vida íntima si siguieran este consejo. Introducir variedad no consiste en probar las diferentes posturas del Kamasutra, sino incorporar técnicas diferentes e incluso crear nuevas.
No existe ninguna ley de la Naturaleza por la cual debemos copular en cada encuentro erótico. Es una pauta cultural residuo de nuestro anterior paradigma según el cual toda relación erótica debe tener como objetivo único la reproducción. Por lo tanto toda práctica no reproductiva era considerada como una perversión.
Pero esos tiempos pasaron ya a la Historia. Aunque queda mucho trabajo por hacer, tanto el sexo oral como el manual han perdido su descrédito y están al alcance de todos. Hemos pasado, por así decirlo, de una dieta monotemática a una de variada. Somos como el cliente que llega a un bufete libre, tenemos delante de nosotros varios platos, todos nuevos, sería una lástima elegir el de toda la vida.

lunes, 17 de agosto de 2009

Mikael Blomkvist

Hace ya un tiempo que voy oyendo tanto en los debates televisivos como en tertulias de café que el detective protagonista de Millenium es el modelo del nuevo hombre.
He de confesar mi total acuerdo con algunas de las virtudes del personaje. Es una persona concienciada socialmente, de trato igualitario con las mujeres tanto en la pareja como en el trabajo, capaz de asumir el liderazgo pero también de renunciar a él si es necesario pasarlo a otra persona.
Sin embargo hay algo que me tiene mosca. Es tremendamente pasivo en lo referente a relaciones eróticas. Confieso que únicamente he leído la primera de las novelas y a lo mejor estoy equivocado. Pero en esta primera entrega no toma, en ningún momento, la iniciativa. Ni siquiera con su “novia” habitual.
Es curioso, además, observar cómo algunas mujeres vinculadas al movimiento feminista destacan esta actitud como una cualidad. Me temo que es una consecuencia de una de las corrientes del Feminismo, concretamente el llamado “de la diferencia” según la cual la sexualidad masculina es siempre agresiva (en su posición más extrema dice que cualquier relación heterosexual es en si misma un violación).
Quizá sólo sea un rasgo de su carácter. Y hasta considero positivo que un personaje con esta característica pueda protagonizar una novela de acción. Hasta ahora todos los héroes eran siempre seductores redomados. Y el caso es que al periodista le va bastante bien con su actitud, no se acuesta con tres mujeres sólo en la primera parte.
Mi pregunta es: ¿Le hubiera ido igual de bien si en lugar de llamarse Mikel Blomkvist se hubiera llamado Miguel López o Jovanni Marrone? Me temo que no. En el Norte de Europa las mujeres tienen muy claro su derecho a tomar la iniciativa y la toman sin ningún temor a su reputación. En la Europa Mediterránea el papel de la mujer es aún muy pasivo y el temor a quedar como una más fuerte que sus ganas de tener un “afair”.
Conclusión: Aquí en Barcelona los Mikel Blomkvist o bien tienen la suerte de encontrar la excepción que confirma la regla o se quedan a dos velas condenados al onanismo perpetuo.
En mi modesta opinión ni el modelo de hombre siempre dispuesto ni el pasivo siempre a la espera son correctos. Debería depender del carácter de la persona y no del sexo. Pero aquí, en el Sur los papeles están aún muy marcados por el esteriotipo. Y es una lástima, porque con esta actitud tan pasiva las mujeres pierden la oportunidad de conocer personas igualmente válidas y tan buenas en la cama como cualquier chulifresco. Y a veces mejores.

sábado, 4 de julio de 2009

Café del malo


Hace un año los medios de comunican se hacían eco de la afición al BDSM de Max Mosley. Todo el mundo se llevó las manos a la cabeza preguntándose cómo a alguien puede divertirse de esa manera.

En la entrada del 1 de abril del 2008 expuse mi opinión al respecto. Continúo pensando lo mismo, el hecho de vestirse de nazi, de extraterrestre o de lagarterana para participar en encuentros eróticos no es indicativo de nada. De la misma forma que nadie se atrevería a deducir la filiación política de alguien en función del personaje que elija interpretar en una obra de teatro o el bando en un juego de guerra. No hay derecho a etiquetar las personas según sus aficiones eróticas. La psicoterapueta Esther Perel, su libro: "Inteligencia Erótica" lo deja bien claro: Lo que ocurre dentro de la cama no tiene porqué determinar lo que pasa fuera".

Pero una cosa es interpretar un papel y otra muy diferente creérselo. Y eso es lo que le ha pasado al señor Bernie Ecclestone al declarar lo siguiente:

"Aunque decir esto pueda resultar terrible, al margen de que Hitler se dejase llevar en un determinado momento e hiciese cosas que no sé realmente si quería hacer o no, lo cierto es que estaba en posición de mandar a muchos y conseguir que se hicieran cosas"

No se si el presidente de la Formula 1 administration comparte la misma afición que su amigo Max Mosley (persona autoritaria y de linaje cláramente fascista, por otra parte), pero sus declaraciones son mucho más dañinas que treinta orgías BDSM.
No tengo ni idea de su vida erótica, ni me interesa. Tampoco tenía ningún interés saber cómo se devertía su amigo. Si embargo estas declaraciones públicas son muy alarmantes. Soy consciente de mi presunción y si llega el caso estaré muy contento de retractarme, pero no creo que le cuesten el cargo. Este individuo tiene una condición que lo hace prácticamente inmune: Es multimillonario. Tampoco atisbo un escándalo mediático de la misma emvergadura del caso Mostley.
Desgraciadamente continuamos penalizando mucho más un juego privado de estética nazi que unas declaraciones ideológicamente fascistas y, por lo tanto, mucho más peligrosas.

martes, 24 de febrero de 2009

Tacones cercanos

Desde hace unos años los tacones de los zapatos femeninos no han hecho más que crecer. Actrices, presentadoras y maniquíes alzan sus pies cada vez a más altura.
Como si de una nueva versión de la Carrera de armamentos se tratara compiten entre ellas por ir cada vez más lejos. Y, como todo este tipo de fenómenos, con un coste para su salud y su economía.
El talón en el zapato femenino estiliza la pierna, marca los gemelos y hace más atractiva a la mujer. Lanza además un mensaje, toda vestimenta lo hace, nos dice que su poseedora tiene suficientes ingresos como para permitirse ir con un calzado incómodo porque nunca va a necesitar caminar por la calle. Si se trata de la "señora de..." entonces está haciendo una ostentación vicaria, en nombre de su señor.
Los zapatos de tacón son muy sexis y combinados con unas medias de seda y un conjunto de lencería dan mucho juego. Pero sirven para eso, para jugar. Los escarceos eróticos no requieren, normalmente, grandes desplazamientos ni permanecer mucho tiempo de pie. No será ninguna tortura para nadie calzárselos.
El problema se plantea cuando una persona debe ir a trabajar con zapatos de tacón porque la empresa - audiovisual o no- le exige continuar pareciendo un objeto de decoración, por muy profesional y capacitada que ella sea. Fijémonos en cualquier programa de televisión, desde uno de sobremesa a una gala, las mujeres - sobre todo la presentadora - calzan zapatos de tacón mientras que los hombres llevan cómodos zapatos planos.
El tacón de esos zapatos es cada vez más alto. Diseñadores de todo el mundo compiten en buscar la mayor incomodidad posible al pie femenino. El más grotesco de estos episodios ocurrió la semana pasada cuando en un famoso "zapatero" decidió vestir el pie de las maniquíes con tacones de quince centímetros. Las chicas a penas conseguían mantener el equilibrio, sus tobillos se torcían y algunas caían al suelo. Finalmente, en un ataque se sentido común, decidieron terminar el desfile descalzas.
Lamentablemente no cundirá el ejemplo. Ojala ocurriera como en ese magnífico cuento de Nulia López Salamero y Myriam Cameros Sierra, La cenicienta que no quería comer perdices. En un momento determinado la protagonista decide no calzar más los zapatitos de cristal y liberar sus pies de la intensa tortura. Es necesario poner un poco de sentido común parar esta escalada cuyas consecuencias van a notarse dentro de treinta o cuarenta años, cuando estas mujeres terminen en la mesa de operaciones con sus vértebras machacadas. Como dice el cuento en una de las frases más logradas: "¡No si aquí no se practica la ablación porque no saben ni donde cortar!