martes, 13 de julio de 2010

Píldora eroticogastronómica: El final de “Efecto Carbonero”

Y la selección ganó el Mundial. Todos contentos. Al final no había coño de criptonita. En realidad no existen los coños de criptonita. Lo que sí existe es un coñazo de mentalidad machista y trasnochada, mucho misógino camuplado y bastante mala leche en los medios de comunicación.
Ah y también mucho machito deportista incapaz de asumir su responsabilidad ante el fracaso y muy predispuesto a achacar su falta de fuerza o concentración a los escarceos amorosos.  Es una superstición y nada más.
Lo normal es que un intercambio erótico proporcione placer y relajación, quite tensiones y deje la mente más preparada para la prueba deportiva. A este respecto recuerdo el testimonio de un amigo, un deportista ya fallecido con una carrera rota por la Guerra Civil. Un esquiador que continuó activo hasta los ochenta y dos años. Una noche de verano, durante una de las conversaciones con las que tuve la suerte de ser obsequiado me comentó: “Eso de que el sexo es malo para el deporte es metida. Yo, antes de competir le echaba un polvo a mi mujer y luego corría como el que más”.
Sirva este mundial para aclarar algunas mentalidades turbias demasiado abundantes en el mundo del deporte. Y otra cosa. Las personas somos personas, no máquinas.  Si uno no puede darse el gustazo de besar a su novia delante de todo el mundo ¿Para qué sirve tanto esfuerzo? Hay mucha envidia detrás de las acusaciones de falta de profesionalidad. El trabajo de la chica no se vio afectado, en nada, por esa escena. Supongo que sí afecto a esas mentes negras envidiosas del éxito profesional y afectivo de ambos ¡Que les den!

No hay comentarios: